Miles de paradas ambulantes. Con carrito, a cuestas, en una caja-nevera, en un termo-mochila. Comidas calientes, comidas frías. Bebidas calientes (qué rico el mote con huesillo, lleva un durazno partido y trigo!). El hombre que vende mote cerca de La Moneda ya heredó el puesto de su abuelo, con él se compró el carro y el apartamento! Desde su carrito de golosinas ha visto “toda la historia en directo”.
Mochila-cafetera
Ahora puedo desearos que sigáis bien!(No podia publicar un comentario antes)
ResponderEliminarHa sido muy agradable encontraros... y vivir la aventura del barco!
Un abrazo y recuerdos para siempre
Ernesto Machelén